Frigiliana es la respuesta de la Axarquía a Mijas y ha ganado varios premios de belleza y conservación. Es uno de los pueblos más grandes de la zona, con una población de unos 3.000 habitantes. Algunos de ellos son propietarios de casas de vacaciones, pero la mayoría vive allí durante todo el año. Se encuentra a 7 km de Nerja y se asienta sobre una cresta en las estribaciones de la Sierra de Enmedio, parte de las montañas de Alhama, Tejeda y Almijara. Como la mayoría de los pueblos blancos, las calles son estrechas, empinadas y sinuosas, y es fácil perderse en el laberinto de pavimentos empedrados que conducen entre las casas encaladas. El tráfico sólo se permite con permiso, excepto las entregas, por lo que en la mayoría de los casos es seguro caminar sin ser aplastado contra la pared.
El Barribarto es el centro histórico de la ciudad y su arquitectura árabe y sus estrechas calles recuerdan la influencia del pasado de una cultura nunca olvidada. 750 años de ocupación morisca nunca podrán ser borrados. Hay algunos restos del antiguo fuerte en la cima de la colina donde se cree que muchos moriscos se lanzaron en lugar de ser capturados por los cristianos. En el siglo XVI, fueron finalmente expulsados, pero el pueblo ha seguido beneficiándose de su ocupación, produciendo melaza de caña de azúcar para ron de los campos establecidos hace años por los moros.
Frigiliana no puede olvidar el legado de los moriscos y cada año celebra durante cuatro días las costumbres, gastronomía y música de Tres Culturas, cristianos, moros y judíos. Después de la conquista cristiana en 1487 hubo una coexistencia pacífica entre estas tres culturas distintas durante unos 100 años. La historia del pueblo es retratada por Pilar García Millán en 12 mosaicos que merece la pena ver. De hecho, hay visitas guiadas por la mañana y por la tarde desde la oficina de turismo. La batalla del Peñón de Frigiliana también ha sido representada en cerámica vidriada por Amparo Ruiz de Luna.
El pueblo sufrió desgracias extremas con plagas, tormentas, terremotos y la plaga de la filoxera que destruyó las viñas en esta y otras zonas. Es gracias al turismo que Frigiliana recuperó su paz y prosperidad.
Al caminar por las estrechas y sinuosas calles del viejo barrio, hoy en día encontrará muchas tiendas que venden una gran variedad de artículos. Hay bares y restaurantes para saciar la sed y el apetito antes de visitar monumentos como el Palacio de los Condes de Frigiliana, el Ecce Homo Heritage, la Iglesia de San Antonio y la Necrópolis Fenicia.
La forma más directa de llegar a Frigiliana es desde la autopista de Nerja, o desde Torrox por la carretera de montaña. El pueblo se encuentra a 57 km de Málaga a una altitud de 318 m y se encuentra en la Ruta del Sol y del Vino.