Descubrí que hay muchas historias sobre este pueblo, siendo la más frecuente la que se cuenta que fue donde se escondieron los luchadores de la resistencia contra Franco y que eventualmente fueron descubiertos y expulsados del pueblo. Otros dicen que los aldeanos se fueron un día para encontrar una mejor forma de vida, pero sea cual sea la razón de su abandono en 1949, permaneció en ruinas hasta 1998, cuando El Zumbo y su esposa Virtudes regresaron y comenzaron a reconstruir la aldea, cumpliendo así un sueño de toda la vida. El pueblo original se remonta a mediados del siglo XVIII, pero los hallazgos arqueológicos y las monedas romanas y árabes demuestran la existencia de asentamientos anteriores.
El Zumbo y su familia son ahora dueños de la mitad de la aldea, y muchas casas pequeñas con piscinas se alquilan como casas de vacaciones a personas que quieren escapar del ajetreo de la vida cotidiana. Este escondido Hamlet es un verdadero tesoro con sus calles empedradas y casas blancas con puertas de entrada de colores brillantes, hermosos jardines y caminos de terracota que conducen a través de arcos y hacia el lecho del río lleno de arbustos Oleander de color rosa brillante. No hay tiendas ni otras instalaciones aquí, sólo un bar/restaurante propiedad de Antonio y su familia. Su hijo Antonio dirige el bar y también hace el helado delicioso con todos los ingredientes naturales de la fruta. Probé tanto el arándano como la chirimoya, ambos deliciosos. El pastel de frutas de verano hecho en casa, servido caliente con crema, también era deliciosamente bueno, así como el vino dulce hecho en casa y ofrecido por el propio El Zumbo. Este es el lugar perfecto para los amantes de la naturaleza que pueden pasar las horas en esta tranquila aldea situada dentro de un parque natural.
Entonces, ¿cómo encontramos esta aldea escondida? Se encuentra a 5 km de Frigiliana, a 7 km de Cómpeta y a 8 km de Torrox. Para llegar hasta allí se puede salir desde Frigiliana o Torrox, tomar el camino de montaña y a lo largo del camino verás un pequeño letrero de madera que dice Acebuchal. Haga un viaje allí como si fuera una foto perfecta y espere a que la descubra con sus ojos, su cámara o sus acuarelas. El bar cierra a las 4 de la tarde, así que asegúrate de llegar a tiempo para sentarte en la encantadora terraza y probar vino dulce casero, helado y tartas
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